No es secreto para los venezolanos que atravesamos la peor crisis económica y política de nuestra historia. El analizar las consecuencias y los posibles caminos a la recuperación es tanto aterrador como desafiante. Aterrador pues encontrarse con el peor escenario nunca antes vivido provoca gran incertidumbre y desafiante pues está todo por hacerse.
Estoy convencida que gran parte del problema que nos aqueja a los venezolanos radica en la crisis social y moral. Los venezolanos dejamos de ser personas alegres, espontáneas, ocurrentes, adaptables y trabajadoras a ser personas conformistas, practicantes de la infame “viveza criolla”, intolerantes y egoístas. Con el pasar de los años he visto como nuestros valores se han difuminado y hasta perdido. Es poco probable que podamos salir triunfantes de esta crisis si aun teniendo un sistema político y económico estable, no somos capaces de reconocernos como individuos, si seguimos buscando el “guiso” para hacernos millonarios de la noche a la mañana, si seguimos siendo intolerantes, si seguimos creyendo que mi situación individual es razón suficiente para el atropello, desacato de normas y leyes, en fin con comportamientos como esos no llegaremos muy lejos.
Dejando a un lado las innumerables opciones para salir del estrago político y económico desde un plano macro, hablemos de las posibilidades para brindar solución y sumar significativamente desde nuestras empresas sin tener que recurrir a grandes gastos ni cambios estructurales.
La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) brinda un espacio importante para que desde las empresas podamos rescatar nuestros valores perdidos, ese espacio está dado por dos de los siete temas generales de la RSE, Gobierno Corporativo y Público Interno. El primero parte de la identificación de la empresa como ente participativo del entorno y que como todo individuo tiene personalidad, tiene principios y tiene valores que definen todos sus procesos, a quiénes y cómo laboran las personas dentro de dicha organización, es decir, como es su Cultura Organizacional. El segundo tiene que ver con la atención que la organización presta a sus empleados y colaboradores, tiene que ver en cómo y porque se hace la selección del personal, como se establecen los puestos de trabajos y qué herramientas utiliza la organización para el crecimiento profesional de su personal. Entendiendo que todo trabajador pasa un promedio de ocho horas diarias, cinco días a la semana en los espacios de trabajo, es fácil ver como la cultura organizacional puede influenciar de manera positiva a todos a quienes la viven. Es en la atención al público interno de las empresas donde está el punto de rescate a nuestros valores, por medio de la cultura organizacional podemos reeducarnos y renacer como mejores venezolanos. El analizar profundamente la identidad corporativa de la organización, estableciendo verdaderamente su misión, visión y prestar particular atención a sus valores, dará una base sólida y un camino claro en qué temas y qué tipo de actividades desarrollar para que el público interno fortalezca o aprenda estos valores, que después serán replicados en sus hogares y comunidad.
Trabajar sobre la definición e identificación de los valores no será suficiente. Los valores de la organización deben influenciar todos sus procesos, deben ser punto importante dentro de las evaluaciones tanto individuales como las generales, deben ser factor fundamental para reconocimientos y bonificaciones buscando así que se vea y entienda su aplicabilidad y no sea percibido sólo como parte del uniforme institucional.
Desde la aplicación de la RSE en nuestras empresas es cómo podemos tomar responsabilidad de nuestra realidad y brindar soluciones desde nuestro alcance, soluciones reales, viables y 100% aplicables. Rescatar los valores de solidaridad, laboriosidad, honestidad, tolerancia y humildad nos permitirá trabajar por la Venezuela que queremos desde la Venezuela que tenemos.
Comentários